viernes, 20 de junio de 2014

ACTIVIDAD

1.- COMENTA LA INFORMACION PUBLICADA A TRAVES DEL BLOG
2.- REALIZA UN MAPA MENTAL REFERENTE AL TEMA UTILIZANDO COMO HERAMIENTA EL PROGRAMA X-MIND.
2.- PREPARARSE PARA LA PRÓXIMA CLASE PRESENCIAL PARA LA DISCUSION.

CARACTERÍSTICAS DEL DOCENTE CON ORIENTACIÓN CLÍNICA EN LA COMUNICACIÓN.



CARACTERÍSTICAS DEL DOCENTE CON ORIENTACIÓN CLÍNICA EN LA COMUNICACIÓN  
Maldonado (2001), hace alusión a seis (6) características básicas de un docente como comunicado pedagógico: 
þ    Sensibilidad: Es decir, la calidad humana del docente. Este elemento garantiza la reciprocidad con los estudiantes.
þ    Sentido común: La capacidad de comprensión. La agilidad y rapidez para recibir compatiblemente con el estudiante y para establecer relaciones de equidad.
þ    Creatividad: Tener soluciones atractivas y agradables ante situaciones concretas sin perder de vista los objetivos deseados.
þ    Laxitud: La seguridad y serenidad que debe poseer el docente.
þ    Suficiencia profesional: Conjunto de actitudes, valores, conocimientos y habilidades (personales, interpersonales, profesionales y organizacionales) que faculta al educador para desempeñarse apropiadamente frente al trabajo, es decir, la demostración de lo que real y efectivamente debe “saber hacer”.
  • Moral y ética: Conjunto de actitudes honestos que una persona tiene para con su trabajo profesional y para con las tareas y deberes propios de su carrera.   

PATRONES DE LA COMUNICACIÓN DE VIRGINIA SATIR (1991)  
Como primera acción, para hacer cualquier aplicación a la comunicación, hay que partir de los objetivos que la propia Satir tuvo. En principio, la autora se preocupa por el análisis y conocimiento de las estructuras familiares, es decir, el cómo están conformadas, por quiénes y los vínculos que se establecen entre sus miembros. Nuestra hipótesis es que estas premisas, y el trabajo empírico que realizó, tienen varios grados de aplicación a la comunicación en distintos entornos, como puede ser la organización educativa considerando la interacción en distintos ambientes, porque se comparte un mismo sujeto: la comunicación como un hecho complejo, una técnica (manejo de recursos de distinto tipo) y como un horizonte para hacer que las personas en las interacciones cumplan sus objetivos y con ellos se sientan básicamente satisfechas.  
Los patrones de comunicación son sistemas que la persona aprende a manejar y regular para sobrellevar las disfunciones con el exterior. En todos los casos, el individuo siente y reacciona a la amenaza, pero como no quiere demostrar debilidad intenta disimular así, es como una manera de evitar el rechazo o las amenazas del entorno. 
  • Calculador: este comportamiento se utiliza para enfrentar la amenaza como si fuese inocua; la autoestima personal se oculta detrás de impresionantes palabras y conceptos intelectuales.
  • Acusador: el inculpador o acusador es aquel que encuentra siempre defectos, un dictador, un jefe que adopta una actitud de superioridad, y parece decir: “si no fuera por ti, todo estaría bien”. El sentimiento interno tensa músculos y órganos; entre tanto, la presión arterial aumenta. La voz es dura, tensa y a menudo aguda y ruidosa. Suele señalar con un dedo acusador para que la otra persona la considere fuerte. Al acusador le interesa más maltratar que descubrir algo.
  • Suplicante: es el aplacador por naturaleza, habla con tono de voz congraciador, trata de agradar, se disculpa y nunca se muestra en desacuerdo, sin importar la situación. Es el “hombre sí” que habla como si nada pudiera hacer por él mismo; siempre tiene que recurrir a la aprobación de los demás para que la otra persona no se enfade.
  • Irrelevante: cualquier cosa que haga o diga el distractor será irrelevante a lo que los demás hagan o digan. Esta persona no responde a la situación. Su sentimiento interno es de aturdimiento; la voz puede ser sonsonete que, a menudo, no armoniza con las palabras, y puede volverse aguda o grave sin razón porque está enfocada en el vacío. Para ignorar la amenaza actúa como si no existiera.  

Como pueden darse cuenta, ninguno de estos modelos es efectivo, son formas que generan también ciertos efectos y que en principio el terapeuta, mediador o facilitador conoce y puede identificar; solo la respuesta abierta o fluida, es la única que permite relaciones fáciles, libres y honestas y hay pocas amenazas para la autoestima. Sin embargo, estos modelos tienen modos de comportamiento positivo, (lo que se llama “dimensión renovadora”); por ejemplo, en el caso del “acusador renovado” se convierte en la capacidad de defender los propios derechos, en levantar la voz cuando es necesario, tener este tipo de comportamiento revela compromiso, la diferencia está en hacerlo de manera realista y consciente; el “super-razonable renovado” se convierte en el uso creativo de nuestra inteligencia, es gratificante usar la inteligencia más allá de la autodefensa o autoprotección que hace de esta facultad algo aburrido y estéril; “la irrelevancia renovada” se convierte en la capacidad de ser espontáneo y nos da nuevas direcciones para darnos cuenta de nuestras realidades.  
Esta dimensión renovadora de los patrones de la comunicación, según Satir, daría cabida al modelo o patrón de comunicación congruente centrado principalmente en el binomio “atender” (ser receptivo en el sentido más amplio) y “responder” al contenido, al sentimiento, al significado pragmático; dar respuesta, realimentar, saber confrontar con claridad, oportunidad, compromiso y afecto, los que a su vez son transmisibles y aprendidos por el receptor, definiéndose así el carácter bidimensional de la relación. “Atender” y “Responder”, parecen convertirse así en la base del proceso de la comunicación entre las personas que propicia una relación de ayuda mutua.  

LA COMUNICACIÓN CLÍNICA EN EL AULA



LA COMUNICACIÓN CLÍNICA EN EL AULA
            La comunicación desde una óptica clínica o didáctica se caracteriza por ser una relación terapéutica entre docente y estudiante constituyendo un auténtico encuentro entre seres humanos que luchan por la misma causa; la optimización de los aprendizajes. Si la relación es adecuada, el trabajo del docente es realizado más productivamente y las situaciones de aprendizaje son desarrolladas de manera más favorable, de esta manera se cultiva la construcción de conocimientos en el proceso de aprendizaje mediante una positiva relación entre docentes y alumnos.
Según Ruiz (1992:24), la comunicación clínica en el aula de clases, es un “proceso por medio del cual la información es intercambiada y entendida por un docente y uno o más alumnos, usualmente con la intención en aquél de motivar e influir sobre las conductas de éstos, generándose así un encuentro donde no hay parte silenciosa”. La comunicación clínica se fundamenta en la psicología humanística, llamada también de la tercera fuerza, considera al ser humano como lo que es, una estructura biológica con libertad de funcionamiento, provisto de una estructura interna que le capacita para interactuar con otros en forma libre y responsable.
Esta última fundamentación hace reconocer al docente que los seres humanos no son organismos cualesquiera que responden, como todos los objetos a estímulos externos, como se afirma en la teoría conductista y que la conducta humana no puede ser reducida a un sistema de formas comunes de energía, cuyo fin es el placer, tal como lo concibe el psicoanálisis; sino que por el contrario el humano es un ser pensante, capaz de una libre elección, que enfatiza en las relaciones interpersonales para alcanzar metas personales y compartidas. La comunicación clínica está caracterizada por tres componentes esenciales, a saber el componente informativo, el perceptivo y el interactivo; veamos a continuación detalladamente cada uno de ellos:
  • Componente Informativo: Comprende el intercambio de información, el significado de lo que se comunica, el contenido nuevo y significativo para la persona. En este componente los elementos fundamentales son el emisor o fuente, el receptor, canal y el mensaje. En el trabajo docente, debe considerarse la cantidad de información que se comunica.
  • Componente Perceptivo: Se le agrega al contenido las imágenes de los interlocutores. Es decir, la percepción permeada por experiencias anteriores. Es por ello que el docente debe cuidarse de los prejuicios y dejar siempre en sus alumnos una buena impresión desde el principio.
  • Componente Interactivo: Se basa en las relaciones que establecen las personas entre sí, es decir, cómo organizan una actividad de manera conjunta, cómo la acción de una es afectada por la de las otras. Es el componente ideal puesto que todos tienen las mismas posibilidades de interactuar con todos.
  •  
RUIDOS EN LA COMUNICACIÓN
Durante el proceso de enseñanza y aprendizaje, el docente debe estar alerta al comportamiento de los estudiantes en el acto comunicacional, porque muchas veces a pesar de que ésta última sea realmente clínica, los receptores pueden llegar a ser inconexos. Estos casos se presentan generalmente por ruidos en la comunicación, entendiéndose por ruido cualquier factor que limita o distorsione el mensaje. Los estudiantes pueden generar los siguientes tipos de ruidos:  
þ    Neurológicos: Conductas atípicas. Los impulsores cerebrales no están funcionando a plenitud. Puede ser leve o imperceptible, otras veces graves (conductas fuera de lo común).
þ    Psicológicos: Interferencia de la transformación de la señal en mensaje. Temor a hablar. Síntomas de estrés.
þ    Filtraciones: Modifica intencionalmente el mensaje elaborado como respuesta para hacerlo más favorable al emisor.
þ    Semánticos: Imprecisión en las palabras. Lenguaje no común entre emisor y receptor lo cual puede disminuir la capacidad de respuesta.
þ    Sobrecargas: Acumulación de información en poco tiempo lo que hace que la efectividad del procesamiento disminuya.
þ    Juicios de valor: La forma como juzga el receptor al emisor influye y puede constituirse en un ruido. La credibilidad y confianza conduce a la receptividad del mensaje.

Como puede verse, ya se ha hecho alusión a dos (2) elementos sumamente importantes en la educación como proceso de comunicación (los componentes de la comunicación clínica y algunos de los “ruidos” en la comunicación). En lo sucesivo, se detallarán las características que maneja un docente que está consciente de los elementos anteriormente aducidos.

LA EDUCACIÓN COMO PROCESO DE COMUNICACIÓN



LA EDUCACIÓN COMO PROCESO DE COMUNICACIÓN
COMPETENCIAS FACILITATIVAS  Y COMUNICATIVAS
La Comunicación Clínica en el aula de clases
            La Educación como proceso de comunicación es un fenómeno complejo de interrelaciones humanas para expresar, recrear y negociar diversas significaciones sobre reglas establecidas en el contexto educacional que requieren de un acto didáctico sustentado en un enfoque comunicativo.
El enfoque comunicativo resulta en consecuencia fundamental en el proceso de la enseñanza, y es debido a ello que el educador debe diseñar estrategias dentro de un paradigma humanístico, que conduzca a considerar al educando como un sujeto activo de su propio aprendizaje. En consecuencia, los educadores  deben aprehender que la educación va más allá de la instrucción y, por tanto, exige una comunicación que no se refiera sólo a los objetivos y contenidos de la materia de enseñanza, sino también a las relaciones AFECTIVO-SOCIALES que se dan en el ambiente de aprendizaje. 
 
Detengámonos un momento en la definición que Satir (1989:21) aduce de la comunicación. Esta autora afirma que “es el proceso de dar y recibir información” es, en definitiva, un proceso complejo que permite informarles a las demás personas sentimientos, intereses, valores, con la finalidad de expresar la realidad particular que circunda a cada ser humano. 

            Si entendemos la Educación como un acto comunicativo, y la comunicación como criterio holístico e integral, debemos reconocer que junto con el contenido literal del mensaje, se transmiten gestos, actitudes, sentimientos o valores acordes con una determinada imagen del otro y con la propia imagen. De allí entonces que sea necesario hablar, dentro del campo de la educación, de un proceso de comunicación clínica en el que se deben cuidar la expresión oral, la expresión corporal y el control visual.